Inmobiliarias online: lo barato sale caro.
Hace unos años surgió un nuevo modelo de inmobiliaria: una inmobiliaria digital, más cómoda para los clientes y sobre todo, más económica para aquellos propietarios que quisieran vender su piso o casa. O, al menos, eso es lo que predicaban. Desde Monika Rüsch analizamos este modelo y destapamos todo aquello que hace que apostar por ellas acabe saliendo caro.
A día de hoy, diversas inmobiliarias digitales siguen operando como inmobiliaria en Barcelona bajo una premisa muy sencilla: vender los pisos o casas sin comisiones para el propietario.
Sin embargo, esta afirmación no es cierta. En realidad, estas empresas sí que cobran una comisión, aproximadamente de unos 3.600 € + IVA, siempre y cuando la venta del piso o casa se haga con ellos. Esta cifra puede variar según la inmobiliaria concreta que se escoja, e incluso puede ser muchos más alta dependiendo del valor de la vivienda.
Este tipo de inmobiliarias se presentan como una alternativa económica de las inmobiliarias convencionales y también de la inmobiliaria de lujo en Barcelona, pero lo cierto es que, al final, lo que se ahorra de un lado, el cliente lo acaba pagando por otro.
Sin relación comercial ni apoyo
El modo en el que trabajan estas inmobiliarias es muy frío y distante, pero esto es algo que puede parecer perfecto para un propietario que no quiere tener que pagar una agencia para buscar un piso en alquiler en Barcelona. Lo que ocurre, sin embargo, es que ese dinero que ese propietario cree que está ahorrando, finalmente lo acabará gastando en otro sitio.
Cuando tratas con una inmobiliaria digital, no hay una relación comercial como tal, a diferencia de las inmobiliarias convencionales, en las que puedes contar con la ayuda de un asesor que te informará periódicamente y que será quien hará las visitas a tu piso en venta en Barcelona. Este asesor será el único interlocutor entre cliente y propietario, con disponibilidad para gestionar cualquier gestión, así como para ayudarte con todo el papeleo: con la ITE, la cedula de habitabilidad, el certificado energético, etc.
No todas las personas son iguales, y lo mismo ocurre con las propiedades y los posibles problemas que pueden surgir durante una operación de venta. Desde las inmobiliarias online, esos posibles problemas no se gestionan, y esto puede provocar, incluso, que se acabe perdiendo la venta.
Costes adicionales
La clave del “éxito” de estas agencias es, como ya hemos señalado, el bajo coste que supone para los propietarios. Pero estos mismos propietarios deben ser conscientes que tendrán que asumir ellos personalmente hacer las visitas y solventar los problemas que tengan surgir. Así, tendrán que contratar un asesor externo o un abogado que les ayude a resolver trámites, con el coste (a menudo elevado) que ello conlleva.
¿Cuántos propietarios se encuentran con problemas de última hora porque no disponen de toda la información y papeles? Desde las inmobiliarias convencionales, se apuesta por un trabajo en equipo, un win-win, en el que propietario y cliente puedan contar con un asesor de confianza que les ayudará hasta el final de la operación.
Trabajar con una inmobiliaria online puede ser más económico en un principio, pero en el balance final, la realidad es que el coste será superior al de la convencional. Apostar por inmobiliarias con más de 30 años de experiencia, como Monika Rüsch, es una buena opción: podrás contar con profesionales de confianza, un único interlocutor que se encargará de informar en todo momento al propietario y personas comprometidas.